La movilización de pacientes es una de las tareas más frecuentes y físicamente exigentes para los celadores.
Realizar estos traslados de forma segura tiene dos principales objetivos: proteger la salud del profesional y garantizar el bienestar del paciente.
Las técnicas ergonómicas correctas permiten reducir el riesgo de lesiones musculoesqueléticas, mejorar la eficiencia en el trabajo y prolongar la carrera profesional del celador. A través de los cursos sanitarios de Next Level Formación, podrás adquirir las bases para trasladar pacientes sin lesionarse.
¿Cómo hacer la movilización de los pacientes?
Trasladar a un paciente puede parecer sencillo. No obstante, requiere llevar a cabo una buena planificación y técnica. Un curso de celador puede proporcionarte estos conocimientos. Para hacer movilizaciones bien ejecutadas es necesario realizar movimientos controlados, conseguir el apoyo adecuado y usar ayudas técnicas cuando sea necesario.
Un traslado seguro comienza con evaluar la movilidad y colaboración del paciente.
Además, es de vital importancia preparar el entorno (retirar obstáculos, ajustar camas y sillas), y comunicar claramente cada paso para asegurar cooperación. La seguridad del celador y del paciente depende de la precisión y el control de cada maniobra.
Realizar traslados sin aplicar la ergonomía adecuada aumenta la probabilidad de lesiones agudas. Debemos tener en cuenta que esto puede causar dolor crónico, limitaciones funcionales y bajas prolongadas.
Principios ergonómicos clave que todo celador debe dominar
Los celadores deben ser capaces de controlar la postura corporal, acercarse correctamente al paciente y planificar antes de actuar. También es vital atender a las señales de alerta para determinar si es o no seguro trasladar al paciente.
Aquí hay algunos principios clave que todo celador debe tener en cuenta para la movilización de pacientes:
- Postura corporal: Mantener la espalda recta, flexionar las piernas y evitar torsiones es esencial. Las fuerzas se transmiten mejor a través de las piernas, no de la columna, reduciendo el riesgo de lumbalgias.
- Acercarse al paciente y distribuir el peso: Mantener al paciente cerca del cuerpo y usar ambas manos equilibra la carga, evitando estiramientos innecesarios.
- Planificar antes de actuar: Evaluar el entorno, los dispositivos disponibles y la colaboración del paciente permite anticipar dificultades y actuar con seguridad.
- Señales de alerta: Si el paciente es pesado, no colabora o existen obstáculos, es preferible solicitar ayuda o usar dispositivos antes que arriesgar la integridad física del celador.

Técnicas prácticas según el tipo de traslado
Existen diferentes técnicas que los celadores sanitarios pueden llevar a cabo según el tipo de traslado. Los profesionales deben respetar, en primer lugar, los principios de asepsia y bioseguridad.
Pero todo traslado y el proceso ligado a éste depende también del lugar en el que se encuentre el paciente.
- Movilización en la cama. La movilización y traslado de pacientes se aplica, en muchos casos, a la movilización en cama. Esto supone realizar un giro lateral y hacer un desplazamiento hacia la cabecera, con movimientos coordinados.
- Traslado de cama a silla de ruedas. Supone levantar parcialmente al paciente, asegurando que su espalda y piernas estén alineadas, y utilizando ayudas como tablas deslizantes o sábanas para facilitar su desplazamiento.
- De sedestación a bipedestación: requiere una comunicación constante y un control gradual del peso para asegurar que el paciente pueda moverse. Implica utilizar, en ocasiones, cinturones de transferencia de seguridad.
- Movilización en bloque: se produce cuando los pacientes no colaboran o tienen movilidad reducida, y se requiere para su desplazamiento el uso de dispositivos mecánicos.
Cuándo pedir ayuda y cuándo usar dispositivos (no arriesgar tu salud)
La movilización de pacientes conlleva riesgos. Los celadores sanitarios deben solicitar ayuda o asistencia mecánica cuando sea necesario. En determinados casos, es de vital importancia usar dispositivos asistidos que permitan mitigar los riesgos en pacientes, especialmente aquellos que tienen movilidad reducida.
Decidir entre utilizar técnicas basadas en el esfuerzo manual y equipos depende de los conocimientos y criterios profesionales del celador, que debe contar con unas bases para evitar problemas tanto al paciente como para sí mismo en el proceso de traslado y atención.
Autocuidado del celador: proteger tu cuerpo para toda la carrera profesional
Ser celador no significa estar al 100% todo el tiempo. Se debe ser consciente de las propias limitaciones del cuerpo. Hay que realizar pausas activas, estiramientos y ejercicios preventivos para evitar posibles lesiones. Fortalecer la musculatura y el core es clave para prevenir males mayores.
Entender las señales tempranas de lesión, como rigidez o lumbalgia, es de vital importancia para no empezar experimentar uno mismo problemas de salud. Una educación continua es determinante para poder llevar a cabo las funciones del celador sanitario con ergonomía y mantenerse siempre actualizado.
Desde Next Level Formación te invitamos a valorar la importancia de la formación continua para que los celadores sanitarios puedan trabajar con seguridad y ergonomía.